Nueva York es una ciudad mágica que amas desde que la conoces. Tiene un rincón especial para cada visitante que se acerca.
miércoles, 31 de marzo de 2010
“Little Red Lighthouse”. Un paseo en bici hasta el faro de Manhattan.
Sí; hay un precioso faro al norte de Manhattan, a orillas del río Hudson y bajo George Washington Bridge. Hemos ido con precaución desde la Segunda Avenida hasta el norte de Central Park porque no es una ciudad especialmente amable con las bicicletas. Desde allí, en línea recta, nos dirigimos a la orilla del río (Riverside Park).En el camino vemos pasar los feligreses afroamericanos que salen de las misas de Gospel y se dirigen a desayunar. Van en familia, todos muy elegantes y pulcros.
El paseo es muy agradable y vas cruzándote con otros ciclistas que pasean o hacen ejercicios. En los bordes del circuito los niños y adultos disfrutan del béisbol, fútbol, frisbees y de los picnics. Los newyorkers saben disfrutar bien de sus espacios verdes y no pierden oportunidad en los días que invitan a ello.
Después de pedalear un par de horas y hacer una parada para el lunch (bocadillo y un poco de chocolate), llegamos al faro. El faro es muy pequeñito, parece un juguete grande de color rojo intenso. Desde allí tenemos unas vistas increíbles del sur de Manhattan con una quietud que te embriaga y hace que te quedes mirando al horizonte con la mirada perdida.
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