Después de un duro invierno, nada mejor que disfrutar de un paseo por el puente de Brooklyn el primer viernes de una tarde soleada. La temperatura primaveral te acompaña en todo el recorrido mientras te maravillas de los colores del atardecer. Al fondo; el Skyline, la Estatua de la Libertad y el Manhattan Bridge. Antes de llegar al final del puente bajas por unas escaleras a la izquierda para acceder a la orilla del río en dónde está atracado el barco-concierto. Después de una sesión de fotos, al lado de otros turistas dirigiendo sus cámaras a Manhattan desde la orilla de Brooklyn, un helado artesanal de chocolate o de nueces de macadamia.
Accedemos al barco “Barguemusic” que permanece atracado todo el tiempo. No es un recorrido por el río; el barco simplemente hace las veces de una sala de conciertos. El ambiente es cálido, todo el mundo parece conocerse y si no te conocen tratan de entablar conversación contigo. El barco permanece atracado pero las olas provocadas por otros barcos que navegan cerca hacen que el balanceo de este te haga temer una indisposición. Pero al final este temor se disipa cuando empieza el concierto y la música de Bach, Mozart, Beethoven, Munier… te envuelven mientras disfrutas de unas vistas espectaculares del skyline de Nueva York a través de los ventanales del salón del barco.
Termina el concierto y hacemos el recorrido de vuelta de nuevo por el puente de Brooklyn. La noche es cálida y las luces de Manhattan te atrapan durante todo el recorrido.
Manhattan Bridge visto desde Brooklyn Bridge
Un helado antes del concierto
Desde la orilla de Brooklyn
El barco del concierto
Vistas al Skyline de Manhattan
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